Compensando con entusiasmo y buen rollo las (pocas, eso sí) lagunas musicales, DRAGO de Sataute ha iniciado lo que esperamos que con el tiempo se convierta en una tradición: dedicar unos días a ensayar villancicos navideños y cantárselos a los mayores de nuestro municipio. Con un par de guitarras, un timple y panderos, la docena de voces que formamos el Rancho de Navidad cantó un repertorio de villancicos populares canarios y sudamericanos en las residencias del Palmeral, Los Olivos y de las monjas en el Gamonal, alegrándole el día al entrañable auditorio, y recibimos a cambio una emoción difícilmente expresable. Para las Navidades próximas seguro que somos más y sonamos mejor.
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