miércoles, 10 de febrero de 2016

María del Pino Rodríguez Socorro presenta Monte Park















La Vicepresidenta de DRAGO, María del Pino Rodríguez Socorro participó el pasado viernes 29 enero en la mesa redonda organizada por la Asociación La Lisadera en el local de la Asociación de Vecinos Catayfa (La Atalaya), dentro del I Memorial Locera María Guerra Alonso.  

Su participación giró en torno a una propuesta sostenible e innovadora de desarrollo local y empresarial, el Clúster comarcal: Monte Park.

El turismo sostenible debe destacar los valores propios de un territorio y el carácter auténtico del destino. Se responde así a una demanda de búsqueda de experiencias por parte del visitante que busca participar en actividades singulares y diferenciadas. Monte Park, como clúster empresarial, pretende recuperar una marca turística y una comarca territorial a partir de la puesta en valor de los recursos naturales y culturales que le caracterizan. Dicha recuperación supone mantener una cultura y una identidad natural, convirtiendo a este territorio en un producto único y con una tipología diferenciada.

CONCLUSIONES

El desarrollo económico de Monte Park debe enlazar el potencial turístico con un sector servicios bien estructurado y una actividad comercial de calidad, diversificada y diferenciada con el fin de atraer nuevos segmentos de la demanda; que utilice las nuevas tecnologías como canal de información, promoción y comercialización del destino; y que busque la fidelización del cliente.
Muchos son los elementos que hacen de nuestro producto ser una apuesta diferenciadora. El simple hecho del papel que ejerce el rescate de la identidad local a través de la puesta en valor de elementos tales como especies vegetales propios del antiguo bosque lentiscal, el contacto directo con elementos vivos de la cultura prehispánica existente en el lugar o elementos sensoriales como el olor del interior de una casa cueva o el sonido que se emite al pisar suelo volcánico, hacen del servicio y producto que ofertamos, algo diferente.
Figura además, la gran oportunidad de dinamización socioeconómica que existe con la puesta en marcha de productos de este estilo donde el fin último y primordial es la puesta en valor de la idiosincrasia del paisaje y la cultura del interior de la isla. Al mismo tiempo, se potenciará la vuelta a actividades primarias tradicionales, imprescindibles para la recuperación y conservación del paisaje.
En contraposición surgen las debilidades y amenazas existentes, como puede ser el deterioro y abandono de determinadas áreas y su correspondiente paisaje. En este sentido el sector de la alfarería ha sido el más castigado, relegándose la producción y la actividad, a pequeños resquicios en familias muy concretas. Como consecuencia de ello, existe un olvido generalizado por parte de la población joven, ya que no está presente ni siquiera en su propia educación, de la idiosincrasia del lugar y que fue puesta en valor por los viajeros, exploradores y curiosos decimonónicos, posicionando el Monte Lentiscal como punto turístico de primer orden, en prácticamente todo el mundo. Finalmente, destacar el deterioro existente entre la variada y diversa infraestructura ligada al sector primario, como son los lagares y bodegas vinculados al cráter de Bandama.
Tras el análisis realizado para detectar las ventajas e inconvenientes de posicionar el producto, llegamos a la conclusión que Monte Park redescubre y pone en valor la primera excursión organizada que existió en la isla, volviendo a colocar al interior de la isla en punto neurálgico de un turismo sostenible acorde a las demandas medioambientales actuales.

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Monte Park, como clúster empresarial pretende ser una alternativa de desarrollo local y persigue poner en valor recursos que en la actualidad están infrautilizados pero que, sin embargo, cuentan con un gran valor intrínseco, ya que integran naturaleza (el volcán y la caldera de Bandama), etnografía (el pago alfarero de La Atalaya) y paisaje y cultura (paisaje del vino, gastronomía, arquitecturas emblemáticas) a partir de la creación de la marca Monte Park, basada en el desarrollo sostenible, a partir de la puesta en valor de los recursos naturales y culturales que caracterizan este espacio y que haría partícipes a los agentes económicos y sociales que lo habitan y a las administraciones con competencia en la materia.
Se presenta como una oferta turística de calidad que se ofrece como una alternativa integrada y sostenible de desarrollo local y empresarial, capaz de articular y de dar sentido a diversas acciones públicas y privadas que, de forma individual, se han ejecutado, están en fase de ejecución o que se desarrollarían en el futuro al amparo de la marca Monte Park, que permita la reactivación de la actividad económica comarcal a partir de una relación directa con el empresariado local. El desarrollo económico de la zona debe enlazar el potencial turístico con un sector servicios bien estructurado y una actividad comercial de calidad, diversificada y diferenciada con el fin de atraer nuevos segmentos de la demanda; que utilice las nuevas tecnologías como canal de información, promoción y comercialización del destino, y que busque la fidelización del cliente.
La propuesta va dirigida inicialmente a captar la atención tanto del turista potencial del medio rural que visita Gran Canaria como del demandante local de excursiones temáticas de alto contenido natural y cultural. Ésta es una tipología turística bien diferenciada que fomenta una actividad turística característica y de calidad, en el marco de un turismo sostenible, en el que la conciencia ecológica y la puesta en valor de los recursos patrimoniales tangibles e intangibles, y científicos, que identifican al Monte Lentiscal, se conviertan en los verdaderos protagonistas.
A diferencia de las grandes aglomeraciones urbanas donde impera lo artificial, este tipo de comunidades poseen características sociales y culturales más armónicas, cargadas de datos donde la figura humana y sus experiencias vivenciales son el eje central. De esta forma, parece más coherente que los elementos intangibles puedan ser tomados en consideración en el momento de definir cuáles son los lugares que tienen más significado para representar el verdadero patrimonio cultural de la comunidad. El ser humano, con su modo y estilo de vida propios, sus diferencias culturales y sociales, circunscrito a su entorno natural es quien caracteriza dicho patrimonio representativo por su propia esencia. Por todo ello, resulta fundamental la participación activa de la comunidad (empresas, administración pública, etc.) desde el comienzo de la planificación de un determinado ámbito territorial como destino turístico, a través de la colaboración técnica y económica. 

Este clúster empresarial debería orientarse a recuperar, revalorizar e integrar un espacio con recursos infravalorados, pero de indudables valores intrínsecos, puestos al servicio de aquellos visitantes que acuden atraídos por el deseo de disfrutar de las condiciones naturales y de la cultura tradicional que lo singulariza. Su misión sería la de prestar un servicio a través de un producto específico (oferta gastronómica y alojativa, turismo activo, talleres, etc.) en un paisaje donde sus principales atractivos, especialmente el volcán y la caldera de Bandama, el paisaje vitivinícola y el poblado troglodita alfarero de La Atalaya, generan un contexto favorable. Todo ello permitiría, además, rescatar y poner en escena la que se convirtió en la primera excursión turística organizada en Gran Canaria, conocida como “la vuelta al mundo” que, partiendo de la ciudad de Las Palmas, y tras visitar el Museo Canario, se dirigía a La Atalaya, Bandama, las bodegas de El Monte y que incluía una parada en el Restaurante Bentayga y el Hotel Santa Brígida. De ella B. Melland, en 1897, resaltaba que “nadie que desembarque en Las Palmas por una horas debería perderse el coger un carruaje (cuesta 10s para 4 ó 5 personas) y darse una vuelta hasta el Monte y parar en el hotel [Santa Brígida]. Un almuerzo especial será servido para las visitantes” (Melland, 1897). Monte Park pretende recuperar esa imagen turística impulsada por los británicos en el siglo XIX, a través de un producto sostenible de gran valor socio económico no sólo para el municipio de Santa Brígida sino también para la totalidad de la isla de Gran Canaria.
El potencial turístico que ofrece Monte Park en la actualidad proporciona diversas vías de interpretación que van desde la recuperación de las antiguas formas de comprender el turismo, la recuperación de la gastronomía y de su valor como enclave científico, hasta la adaptación a las nuevas demandas con la puesta en marcha de un proyecto global de desarrollo sostenible de su paisaje. Estas nuevas demandas se han de completar con servicios y ofertas turísticas relevantes, siempre acordes a las condiciones que aporta el territorio. Se trata, por tanto, de potenciar y promocionar:
-La oferta turística reducida, individual o de muy pequeños colectivos;
-La utilización de pequeñas infraestructuras, preferiblemente ligadas a espacios naturales de valor ecológico;
-El desarrollo de una alternativa turística que contribuya a sostener los recursos naturales y culturales;
-La oferta que revitalice social y económicamente, valorando la convivencia con las formas de vida y las tradiciones, y
-La oferta de alojamiento y de servicios a través de una gestión local.
Somos conscientes de las riquezas y fortalezas de la zona y su puesta en valor como nuevo producto orientado a recuperar, revalorizar e integrar un espacio con recursos infravalorados hasta el momento, pero de indudables valores intrínsecos (clima excelente, paisaje volcánico diferenciado, cultura vinculada a la actividad vitivinícola junto a un espacio natural rico en especies significativas) destinados a aquellos visitantes que acuden atraídos por el deseo de disfrutar de las condiciones naturales y de la cultura tradicional que lo singulariza. Aunque sin duda lo más importante es conseguir que visitantes internacionales, que en su primer viaje visitan principalmente el sur de la isla, en sus siguientes viajes se conviertan en clientes, mediante una gestión eficaz del destino, ofertando inicialmente rutas como vehículo para captar turistas en destino que den a conocer y pongan en valor la comarca temática.
Para ello, el entramado empresarial del Monte Lentiscal, permitiría ofertar un producto compuesto por diversas actividades temáticas, una oferta alojativa diversificada, una oferta gastronómica original, senderismo y talleres como alternativa al modelo de desarrollo turístico diseñado en base a los criterios que marcan el nuevo perfil del turista.
Los diferentes elementos que hacen viable nuestro producto vienen dados por: ubicación estratégica a escasos 10 kilómetros de la capital de la isla; presencia en la memoria de la ciudadanía local del Monte Lentiscal como lugar de recreo y ocio; lugar de tránsito por parte de los visitantes que se dirigen hacia el interior y cumbre de la isla; amplio conocimiento por parte del equipo empresarial, no sólo del medio de actuación sino de la propia actividad planteada; amplio bagaje del mismo en materia de organización de este tipo de actividad, que refuerza además el trato directo con el perfil de cliente potencial de esta actividad, exigente en productos temáticos, implicado con toda la trama empresarial que conforma la actividad y muy presente para que no falle ningún elemento que hace posible este producto diferenciador.

LA RUTA TEMÁTICA MONTE LENTISCAL

La recuperación de la antigua excursión promovida por el turismo decimonónico de la “Vuelta al Mundo” se podría convertir, redefinida, en el medio vehicular de promoción y dinamización de Monte Park, tanto orientada a la población local como al turismo residente en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, pero también a los turistas alojados en el sur de la isla. Para estos últimos podría funcionar, además, como expositor de sus recursos para captar futuros turistas que eligieran El Monte como destino en futuras estancias.
La esencia de la ruta sería la misma: el Volcán y la Cadera de Bandama, los viñedos, los lagares y el vino, y la restauración, pero con una orientación más elaborada con el diseño de cuatro rutas temáticas. En concreto, proponemos la enoruta, la etnoruta, la bioruta y la georuta, a la que se añadiría el golf experience, con visita guiada por el interior del Monte Park, con el propósito de estimular un desarrollo sostenible a partir de la puesta en valor de los recursos naturales y culturales, con el diseño de talleres específicos, que caracterizan este espacio, haciendo partícipes a los agentes económicos y sociales que lo habitan.
En el mercado al que va dirigida, se constata un mayor interés por buscar la autenticidad del destino, el reencuentro con los valores sociales tradicionales y la calidad medioambiental. El turista actual fija con mayor frecuencia un objetivo muy bien definido para su tiempo de vacaciones y el disfrute de su tiempo de ocio.
La propuesta y, como consecuencia, el desarrollo y puesta en marcha del itinerario pretende revertir en la comunidad de dos formas: por un lado, colaborando a la no desaparición de elementos tan importantes como son la cultura alfarera propia del pago de La Atalaya, el Monte Lentiscal como residencia de verano, el volcán de Bandama con sus característicos vinos y el aire puro de las medianías (tan apreciado por los científicos del s. XIX catalogándolo como el mejor clima del mundo) y, por otro lado, contribuir a mitigar los desequilibrios económicos y sociales producidos por el abandono de la actividad artesana de la elaboración de la loza, puesto que se trata de un itinerario marcado con un tema representativo de la identidad local, favoreciendo un sentimiento anclado en la memoria colectiva.
Este producto va especialmente dirigido a aquellos turistas y visitantes que eligen la isla como lugar de descanso, motivados, con frecuencia, por su implicación con la cultura local, teniendo como “actores principales” a la propia población local. En este sentido, el medio físico ambiental es parte del atractivo. Por ejemplo, el itinerario que se propone dentro de lo que es el poblado artesanal de casas cuevas en La Atalaya, mantiene el atractivo que motiva la visita de los turistas puesto que el diseño del mismo garantiza la preservación y conservación del patrimonio significativo de la zona.


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